jueves, 10 de marzo de 2011

El Conventillo de la Paloma

El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza con dirección de Santiago Doria. Elenco: Claudio García Satur, Arturo Bonín, Daniel Miglioranza, Horacio Peña, Ana María Cores, Ingrid Pelicori, Irene Almus, Rita Terranova, Néstor Sánchez y Juan Carlos Copes. Coreografía: Juan Carlos Copes. Iluminación: Leandra Rodriguez. Vestuario: Maribel Solá. Escenografía: René Diviú. Dirección Musical: Gaby Goldman

Opinión: Excelente (*)(*)(*)(*)(*)


Crítica en un twit: Excelente. Todo se destaca: guión, dirección, actuaciones, escenografía, música e iluminación.


Generalmente, cuando uno va al teatro y ha visto una buena obra no puede disimular la sonrisa que se escapa y deja al descubierto la dentadura amarillenta. Eso ocurre en la salida del teatro Cervantes al finalizar El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza.


El Conventillo de la paloma constituye la obra más representada de toda nuestra historia teatral, comenzando por las mil representaciones que alcanzó en poco más de un año, en la década del treinta. La puesta y dirección que realiza Doria es un intento por revalorizar esa obra en particular y el sainete (como género porteño por antonomasia), en general. Montaje, tiempos y actuación están al servicio del sainete. En definitiva, bajo la batuta de Doria se rinde homenaje a los orígenes del teatro nacional.

La obra relata un momento particular de nuestra historia, allá por los años 30, y nos muestra a sus personajes más significativos. En ese conventillo donde vive la Paloma (Ana María Cores) se cruzan tanto argentinos como  extranjeros. Y es en el patio de ese conventillo donde el tano, el gallego, el turco y el porteño pelean por el amor de la Paloma. Una historia simple que Vacarazza supo desarrollar en claves de humor y simpleza, osea que el texto nos hizo cagarnos de risa.

Las actuaciones son todas como diría el bambino "Una manteca". La idea original de Doria fue la de convocar a actores "que pertenecen a la generación del sainete y conocen los arquetipos". Esos personajes cocoliches e histriónicos son abordados con sutilezas por todos los actores. Quizás me haya quedado en particular con el trabajo de Claudio García Satur, en el roll del tano. Sorprende ver al de Rolando Rivas taxista, o al de La piel del amor con Susana Gimenez, y capaz por eso me fui del teatro pensando en él. Sin embargo, sería injusto rescatar sólo a uno. 

La escenografía diseñada por René Diviú merece un párrafo aparte. Tal vez las palabras estén de más y para hablar de ella no hay mejor calificación que la que puedan hacer ustedes mismos al ver la imagen de cabecera. De un lado del escenario giratorio, el patio del conventillo (con sus casas, puertas, ventanas y ropas tendidas). Del otro, la entrada,  donde transucrre el segundo acto. El escenario giratorio y la escenografía, sumado a la creatividad de Doria para la puesta, logran como resultado un pase a las escenas de una manera magnífica. ("Me gusta como cambian de escena, como siempre hay cosas para ver" escuché decir a un pelado de bigotes, mientras se sacudía el amigo en el baño del teatro, a la salida). Que la escenografía está genial lo hemos dicho pero nunca está de más repetirlo, nunca está de más repetirlo, nunca está de más repetirlo.

Copes hace de Copes. Lo que, por el contrario de como suena al leerlo, es un gran elogio. Copes entra y despliega  su talento y trayectoria en los tangos del final. Bailan para que se nos pongan rojas las manos rojas de aplaudir aún sabiendo que están haciendo escenas al pedo. Mucho de ese "irse con la sonrisa dibujada en la cara" que escribía al principio, tiene que ver con la alegría y la fiesta de esas últimas escenas de la obra que son absoluta responsabilidad de Copes y su talento como bailarín.


Si un buen texto, una dirección simple que rescate los rasgos de un género, buenas actuaciones y realización técnica impecable son las claves para un buen espectáculo, "El conventillo de la Paloma" cumple con todos los ítems. No solo eso, sino que también le suma el valor de hablar de nosotros, de nuestra historia como argentinos, de nuestro teatro y de nuestra cultura.


Saludos para todos los que me conocen y ¡Good Show!






Funciones:
Jueves a sábados 21 hs.
Domingos 20.30 hs.
Precio Entradas
Jueves $25.-
Viernes, Sabados y domingos $30.-
Teatro Cervantes, Av. Córdoba 1155.

5 comentarios:

  1. En la función que vimos (la segunda vez que fui a verla, la primera de la temporada 2011) el roll del gallego lo interpretó mi amigo Emanuel Duarte, que, no solo por amigo, interpretó del rechupete a ese personaje. Interactuando con grosos del teatro argentino Duarte se muestra a la altura de ellos.

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  2. Gracias Juaco!!! Muy linda critica, comparto todo lo que decís! La escenografía e iluminación le aportan pura magia al conventillo... y ni hablar de todos los Maestros que le dan vida a esos personajes! Agradezco tu generosidad en la critica pero... en tu comentario final se nota mucho que me querés!!! jejej Gracias Juaco querido!

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  3. Es cierto que hay que destacar como bien dice el pelado (don marco para los conocidos) que el trabajo de luces es bello, realmente. Hace un tandem con la escenografia genial (Y mirá la palabra que te metí en el medio)
    Abra

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  4. Fui a ver esa obra!!

    Beso
    Dalmi

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  5. Me encantó la obra, no tanto así el sonido. Creo que estaba algo bajo (y eso que estaba en final 6)

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